Nacido en Marcos Paz, en el conurbano bonaerense, el 8 de septiembre de 1993 Toledo, fue un deportista especializado en la disciplina de lanzamiento de jabalina. Becado por la Secretaría de Deportes de la Nación desde que captó la atención del atletismo argentino a los 16 años, en una edición de los Juegos Evita.
En julio de 2009, Braian compitió en Italia en el Mundial de menores de la IAAF, y consiguió la marca de 79.44 metros, con los que alcanzó el tercer lugar. En 2010, alcanzó la marca de 84, 85m, donde consiguió el récord mundial de menores superando al ruso Valeri Iordan, en la que es su mejor marca con jabalinas de 700 gramos.
Asimismo, consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud.
En 2012 fue subcampeón mundial juvenil con una marca de 77,09 en Barcelona, ganó la medalla de oro en el Campeonato Iberoamericano de Atletismo y la medalla de plata en el Campeonato Mundial Junior de Barcelona.
Mayores
En categoría absoluta conquistó en 2011 la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara.
Finalizó 30º en los Juegos de Londres con una marca de 76,86 mts.
En la serie de clasificación del Mundial 2015 rompió nuevamente el récord nacional de mayores y Sub 23 de Sudamérica, con 83,32m. El registro anterior de él era de 82, 90m.
Los 83,32 metros que lanzó tienen un valor agregado: se trató de la mejor marca de su carrera, superando por 42 centímetros su registro anterior. Además, consiguió lo que tanto anhelaba: la marca de clasificación para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del próximo año, que era de 83 metros. En el 2015, el chico de Marcos explotó en el Mundial de China (fue décimo con su mejor marca, 83m32) y en febrero confirmó su status de clase internacional cuando ganó el oro en Sudáfrica con 80m73. En el año 2016 participó de las Olimpiadas de Rio de Janeiro Brasil. En el primer intento alcanzó 77.89 metros, mientras que en el segundo llegó a los 79.51 y en el tercero fue 79.81, pero le faltaron 19 centímetros para pasar a la definición por las medallas, a la cual accedían todos aquellos que superaran los ochenta metros quedando así en el puesto número 10.
SU DURA HISTORIA DE VIDA Con tan sólo 21 años, Braian vivió las peores situaciones: sufrió hambre, violencia física y el abandono de su padre. "Cuando tenía 8 años, me levanté a la madrugada y escuché ruidos. Espié y estaba mi mamá llorando. Le pregunté qué le pasaba y no me decía. Le insistí hasta que me dijo: ‘Lloro porque no sé qué les voy a de comer mañana, a vos y a tu hermana’. La abracé y le dije: ‘No te preocupes, estamos todos bien, estamos juntos, yo te voy a ayudar". A mí me gusta dibujar, entonces en la escuela les completaba las carpetas de dibujo a mis compañeros. Ellos me pagaban 25 centavos. Me pasaba toda la noche haciendo dibujos, y con eso compraba un kilo de pan. Además relató que su padre lo abandonó cuando era muy pequeño: "No tengo recuerdos de él. Él se fue cuando yo tenía pocos meses. Mi papá no estuvo nunca y siempre fue un problema. Mi vieja me hizo entender que muchas veces las mujeres tienen más huevos que los varones". A pesar de todos los problemas que tenía en su casa, Toledo sólo buscaba una cosa: el cariño de su madre: "De chico percibía la tristeza de mi vieja. Entonces sentía que mi obligación era estudiar, que se sintiera orgullosa de mí. Que viera que el esfuerzo que hacía para darnos de comer tenía su fruto. Mis 10 eran para que mi mamá me abrazara, para que se sintiera orgullosa. Para mí, sacarme un 9 era malo". Hasta los 12 años tenía una cama para niños, pero dejé de entrar. Tuvimos que tirar el colchón en el piso de la casilla. En el 2009 tuve un viaje con la delegación argentina y la primera noche, en nuestra pieza, hicimos un quilombo tremendo. Entró el técnico y nos retó. 'Es culpa mía, profe, disculpe', le dije. Le tuve que explicar que estábamos corriendo todo porque yo no podía dormir arriba de una cama: me daba vértigo. "Me fui de mi casa hace dos años. Ya tenía 19, 20 años, y a mi mamá se le iba la mano. Un día me levanté y tenía el ojo izquierdo morado. Estuve más de un año sin hablar con mi mamá, hasta que sufrió un problema de salud y la perdoné", relató el joven.
Braian Toledo falleció en un trágico accidente el 27 de febrero del 2020. Su recuerdo permanecera vivo en cada uno de los marcospacenses y en la historia del deporte olimpico internacional